Repleta de piezas delicadas, hay que hecharle un poco de paciencia pero a medida que avanza el montaje el aspecto es cada vez mejor.
Aunque aún no he decidido donde emplazar este elegante tranvía he comenzado a pintar el interior basándome en un ejemplar conservado en Nuremberg. Para empezar he pintado todo el entarimado del suelo y partes de madera del interior intentando imitar el veteado y cambios de tono de los listones mediante una veladura arrastrada. Primero una base con un primer de Vallejo de color crema para que sirva de tono más claro sobre el que realizar el veteado con diversos tono más oscuros.
La veladura arrastrada, salpicando la superficie con diminutas gotas de varios colores marrones y rojizos y arrastrándo con un pinel plano grande sin usar ningún tipo de disolvente.